Escondida

Hojas en el cristal de las sombras, altar en donde el abrazo es sueño.
Sueño, ciclos, luz y oscuridad, fuerzas opuestas y a la vez complementarias que en su interacción van de la una a la otra, relación dual del nacimiento.

Encajaduras nutridas, naturaleza en aparente oposición, paradoja del misterio, mitad de un todo, dos gotas de agua unidas. Nimbado, flujo y la fusión final de la una en la otra, del mismo modo que cada una de ellas contiene, parte de la contraria, equilibrio de la vida.
Mantener el balance en cada uno de los instantes de la existencia (de nuestra consciencia de ello, naturalmente) para liberarse y ser parte de un universo en cambio constante, relajación completa, los extremos se tocan. Encontrar en el centro, quietud. La causa de origen, la plaza del no tiempo.

Los movimientos empiezan y terminan en un mismo punto, y el final de uno representa el principio del siguiente, nada termina ni se interrumpe, todo fluye de forma continua y sin fin. Relación ondular con el espacio y con la energía cósmica. Armonía del caos.
La curvatura del cuerpo, nuestro abrazo reparador, serenidad de mis versos... Y corona tu aliento el beso tibio de la nada: libertad del todo transformada en sentimiento.

Envueltos en agua, y fundidos en el fuego, hojas en el cristal de la sombras. ¿Vida o sueño?. Noche, día… Ambos. Plenitud escondida en el paisaje.